miércoles, 4 de noviembre de 2009

Epístrofe latinoamericano, periferias mundiales


Palabras del Sur


Tomo la metáfora del amo y el escalvo de Hegel.
Sangre que recorre las venas cada vez más secas de la manos de un atardecer literario.
Tú, burgués, tú, señorita de clase media.
Necesitas de tu empleada para realizar las tareas que tu clase obliga.
Tú, proletaria, tú, empleada doméstica paraguaya.
No necesitas de tu empleada,
tu mano de obra la puedes vender en el mercado,
mercado desigual, que no te favorecerá.

Vamos, dos o tres, no dejemos que el mercado se coma lo mejor de nuestra latinoamérica,
Luchemos por tradición oral, luchemos por educación autogestiva.
Y vos, madre, madre, verás a tus hijos hablar orgullosamente el guaraní.

Poetas muertos, líderes asesinados, revolucionarios acribillados.
La izquierda sigue, el socialismo sigue. Martí está detrás. Revueltas con él.

Por momentos dejamos de estar, de tomar el tiempo. Ansiedad, locura, ezquizofrenia: antropofagia.

Soledad, factor mío [dijo Benedetti].
Soledad, soledad y sol.
Y luego viene Quebracho, en el barrio porteño; y luego viene el EPR en el bajío mexicano.
Y luego vienen los Sin Tierra en los arrabales brasileiros; y luego vienen los zapatistas.
Y luego viene el MST argentino, musa hermosa entre ellos.
Y se vienen los del MAS boliviano, indígenas que impondrán su lengua en un nuevo universo linguístico.
Y se viene la Agencia Walsh, comunicación libre latinoamericana.
Y se viene la APPO, comuna campesina del siglo xxi, tradición del inicio de la revolución marxista.
Y se vino la literatura...
La literatura se vertió en todos esos movimientos.
Hacen literatura. Poesía con sus actos.